jueves, octubre 09, 2008

Las cascadas

Si retiramos las piedras del camino del agua, las cascadas perderían su canción.

Son los obstáculos los que hacen que nuestras aguas prosigan. Ninguna roca, por muy dura o resistente que sea, es capaz de detener el agua. Ésta tiene la sabiduría para contornerarla y proseguir adelante, con la fuerza de la suavidad.

Nada es más suave, y al mismo tiempo tan fuerte, como el agua. Fluye firme y lentamente, con la sabiduría de tener el mismo destino que el hombre: seguir adelante.

Así es también nuestra vida. Los obstáculos existen para hacernos caminar cada vez más firmes, más determinados, totalmente entregados, confiados en la existencia.

Cuando el sufrimiento toque a tu puerta, no te lamentes ni te inquietes. Sé apenas un testigo de tu dolor. Siéntete privilegiado porque después de las batallas resurge el alma.

Frente a cualquier problema que te parezca sin solución, asume una actitud inteligente: respira.

Cuanto menos una persona parezca merecer tu amor, es quizá cuando más lo necesita. Perdona cuantas veces sea necesario. Libera tu corazón de resentimientos. Ábrete a nuevas emociones.

Sé flexible como las flores, y como las mariposas, cuando se enfrentan al fuerte viento. Siente los perfumes. Extiende tu mano y ofrece tu comprensión o tu amor. Vinimos a este mundo solamente para aprender a amar.

Ama. Poco... Mucho... Lo importante es amar siempre. Sólo el amor posee el milagro de multiplicarse cuando es dividido.

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