viernes, marzo 07, 2008

Un pedazo de pastel

Precioso relato de autor desconocido, que nos invita a una reflexión profunda y descubrir lo más dulce de nuestra alma.

A veces nos preguntamos: "¿Qué hice para merecer ésto? ¿Por qué Dios tiene que ser tan injusto conmigo?"

Aquí va una bellísima explicación.

Una joven se lamenta a su madre de cómo todo le ha salido mal: le salió mal el examen de matemáticas, se novio resolvió terminar con su relación, y su mejor amiga está lejos de ella.

En aquel momento tan difícil, su madre la abrazó, la llevo a la cocina y le preguntó:

- Querida, ¿quieres un pedazo de pastel?
- Claro, mamá. Sabes que me encanta el pastel.
- Está bien, bebe un poco de este aceite.
- Pero, ¿qué dices?. ¡Ni hablar! - respondió la hija, un poco asustada
- ¿Qué tal si te comes este huevo crudo?
- ¿Estás loca mamá? ¡Eso nunca!
- ¿Y qué tal un cuenco de harina o de bicarbonato de sodio?
- ¡Pero qué dices! ¡Con eso enfermaría! - contestó la hija, ya irritada

La madre la miró compasiva, y con una dulce sonrisa le dijo:

"Ciertamente, todas esas cosas están crudas, sosas e incluso asquerosas. Pero cuando las colocamos juntas, en medida justa, hacen un delicioso pastel.

Dios trabaja de una forma similar. Cuando te preguntas qué por qué Dios permite que pasemos por momentos difíciles, olvidas que Él permite que todas esas cosas entren en un orden perfecto. No necesitas conformarte con ingredientes crudos. Deja todo en sus manos, y se convertirán en algo increíble y fantástico.

Dios se preocupa tanto por ti que tenvía flores todas las primaveras, hace nacer el sol todas las mañanas, y siempre que quieras conversar, Él está dispuesto a escucharte.

Él puede vivir en cualquier lugar del universo, pero escogió vivir en tu corazón.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy linda historia. Me gusta tu blog voy a recomendarlo en el mío. Un abrazo.