Autor desconocido
Un comandante, acostumbrado a conquistar villas por doquier, tenía un soldado díscolo en su compañía. Cuanto más intentaba imponer sus consejos y sus directrices a ese soldado, más se hundían sus botas en el barro del campo de batalla. Aunque le indicaba el camino correcto, el soldado prefería descubrir el mundo, con sus temores e incertidumbres, por sí mismo.
Desesperado, el comandante acudió a un general experimentado, al que pidió consejo:
- Si he realizado misiones muy importantes, ¿por qué no soy capaz de convencer al soldado?.
El general respondió:
- ¿Es más importante que el soldado siga tu camino, o que tú aprendas cómo ayudarle?
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