viernes, junio 22, 2007

Correos electrónicos

Ayer estuve revisando todos aquellos correos electrónicos que durante más de un año he ido conservando. Mi bandeja de entrada estaba a reventar, por lo que fui releyendo uno a uno los cientos de correos que mis lectores y amigos me han ido dejando, algunos divertidos, otros serios, otros angustiosos, otros preocupantes, otros tristes... ¡Cuánto amor! ¡Cuanto sentimiento! ¡Cuánta sinceridad! ¡Cuánta complicidad! ¡Cuánta discreción!

Durante más de cuatro horas he revivido grandes momentos leyendo cada uno de estos mensajes, donde se abría un corazón, donde se revelaba un secreto inconfesable, donde alguna noticia triste me apesadumbraba, donde alguna gran noticia me hacía feliz.

Fui acumulando estos correos para una ocasión como la de ayer, aunque en realidad la fui postergando una y otra vez. En realidad, improvisé. Mi intención era avanzar un poco más en mi proyecto literario, recién comenzado. Pero celebro haber cambiado de opinión, pues esos correos no habrían sido abiertos de nuevo buscando una ocasión que siempre reemplazamos por otra.

Pero los recuerdos, aunque hermosos, son un lastre en el caminar de la vida. Volver a ellos es una experiencia fascinante y feliz... pero ilusoria al fin y al cabo. El mejor recuerdo que puedes atesorar es aquel que acabas de realizar.

Por mucho que me doliera, fui borrando uno a uno casi todos aquellos memorables correos, guardando sus sensaciones en el disco duro de mi espíritu.

De vez en cuando hay que aligerar la carga que llevamos en la vida, aunque sea grata y beneficiosa. Nada más beneficioso que comenzar con lo puesto cada día, que repetir los mismos hábitos mientras vamos cargando con cosas que un día nos fueron útiles o nos gustaron. Si no lo necesitas hoy, es absurdo y pernicioso cargar con ello para mañana.

Quiero dar las gracias a Esperanza (Murcia y A Coruña), Olga (Toledo), Rocío (Alcobendas y Poza Rica de Hidalgo (Méjico)), Rosana (Argentina), Carmen (Barcelona), Chelo (Valencia), Valentín (Granada), Javi (Mr. X de Madrid), María Teresa Montero, a Esther (Madrid), a Edu (Madrid), a Alfredo (Madrid), y a todos aquellos lectores y amigos que con vuestros correos os habéis acordado de mi, y por compartir vuestras experiencias y abrirme vuestros corazones.

Sed felices, aquí y ahora.



Rafael Hernampérez

1 comentario:

Expediente X dijo...

Gracias a tí también, un saludo de JAVI (Mr. X, de Madrid).