viernes, abril 27, 2007

Mi frase

La muerte es lo único seguro que existe; lo demás son sólo conjeturas. Rafael Hernampérez

La frase del día

Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito. Thomas Alva Edison

jueves, abril 26, 2007

El funambulista

Precioso relato de autor desconocido, que nos hace reflexionar sobre la fe en las personas.


En cierta ciudad se construyeron dos impresionantes rascacielos, a unos treinta metros de distancia uno del otro. Un famoso funambulista tendió una cuerda en lo más alto de estos edificios gemelos con el fin de pasar caminando sobre ella. Antes de intentar realizar la hazaña dijo a la multitud expectante:

- Me subiré y cruzaré sobre la cuerda. Pero necesito que ustedes crean en mí y tengan confianza en que lo voy a lograr.
- Claro que sí - , respondieron todos al unísono.

Subió por el ascensor y, ayudándose de una vara de equilibrio, comenzó a atravesar de un edificio a otro sobre la cuerda floja.

Habiendo logrado la hazaña, bajó y dijo a la multitud que le aplaudía emocionada:

- Ahora voy a pasar por segunda ocasión, pero sin la ayuda de la vara. Por tanto, más que antes, necesito su confianza y su fe en mí.
- Sí, confiamos en tí - dijeron la mitad de los presentes.

El funambulista subió nuevamente por el ascensor, y luego comenzó a cruzar lentamente de un edificio hasta el otro. La gente estaba muda de asombro y aplaudía.

El equilibrista bajó, y en medio de las ovaciones por tercera vez dijo:

- Ahora pasaré por última vez, pero será llevando una carretilla sobre la cuerda. Necesito, más que nunca, que crean y confíen en mí.

La multitud guardaba un tenso silencio. Nadie se atrevía a creer que esto fuera posible.
- Basta que una sola persona confíe en mí y lo haré - afirmó el equilibrista.

Entonces uno de los que estaba atrás gritó:

- Sí, sí, yo creo en ti. Tú puedes hacerlo. Yo confío en ti.

El equilibrista para certificar su confianza, lo retó:

- Si de veras confías en mí, vente conmigo y súbete a la carretilla.

Mi frase

Uno se detiene a pensar qué es la vida, qué hacemos en ella y si merece la pena hacer tantos planes y trabajar duramente por cosas que nunca llegan a verse o materializarse. La muerte es lo único seguro que existe; lo demás son sólo conjeturas. Rafael Hernampérez

La frase del día

No hay secretos para el éxito. Este se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso. Colin Powell

miércoles, abril 25, 2007

El caballo y el asno

Sencilla fábula de Esopo, la cual nos ocurre más veces de las que pensamos.


Un hombre tenía un caballo y un asno. Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al caballo:

- Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida.

El caballo haciéndose el sordo no dijo nada y el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo. Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo, suspirando dijo:

- ¡ Qué mala suerte tengo ! ¡ Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo, y hasta con la piel del asno encima !

Moraleja: Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que honestamente te lo pide, sin que lo notes en ese momento, en realidad te estás perjudicando a tí mismo.

Mi frase

Recordaré que también tengo un último instante, que puede ser cualquiera. Rafael Hernampérez

La frase del día

Azar es una palabra vacía de sentido, nada puede existir sin una causa. Voltaire

martes, abril 24, 2007

Los vampiros

Cierta vez caminaba por un tranquilo parque un niño de siete años junto con su abuelo. Ese día, el niño estaba inquieto y callado. El abuelo lo percibió, pues su nieto siempre estaba alegre y risueño.

- ¿Qué te ocurre, Carlitos? - preguntó el abuelo - Hoy estás muy callado.

Carlitos estaba intranquilo, como si su abuelo le hubiera leído la mente y no podía ocultarse de él. Miró a su abuelo de reojo, ocultando su cara.

- En el colegio, unos niños me dijeron que existen los vampiros, y que esta noche vendrán a por mí, mientras duerma, y me morderán el cuello hasta chuparme toda la sangre.

El abuelo miró a su nieto con ternura, y con una sonrisa cálida y fraternal le dijo:

- No deberías preocuparte por eso, Carlitos, pues los vampiros de los que hablan tus amigos no existen. Son sólo cuentos para asustar a los niños.

Carlitos se animó ante la noticia.

- Entonces, ¿no existen los vampiros, abuelo?
- Sí existen, pero no son como dicen tus amiguitos.

Carlitos se asustó un poco. El abuelo, sonrió nuevamente, y con una mirada cándida prosiguió:

- Los vampiros existen, pero no tienen largos colmillos, ni se convierten en murciélagos, ni tienen poderes sobrenaturales, ni muerden los cuellos para chupar sangre. Los vampiros, en realidad, son personas.
- ¿Personas, abuelo? - preguntó Carlitos.
- Sí, Carlitos. Son personas malas que están entre nosotros. Pueden ser cualquiera que veas por la calle, en el colegio, en el trabajo, en un estadio de fútbol... en cualquier parte.

Carlitos estaba confuso.

- ¿Tú puedes ser un vampiro, abuelo?
- Podría serlo, Carlitos. Pero no lo soy.
- ¿Pero qué es un vampiro, abuelo?.
- Un vampiro es alguien débil, que no tiene personalidad, ni talento, ni sabe hacer nada. Es alguien que no sabe vivir.

Carlitos estaba aún más perdido.

- No lo entiendo, abuelo.

El abuelo a veces olvidaba que era un niño de siete años. Intentó explicarse mejor:

- Hay personas que no valen para ser felices, o para hacer grandes cosas. En lugar de ello, tienen envidia de los que sí valen, y por ello se aprovechan de las personas que sí valen. Es la única manera que creen tener para ser felices: robar la felicidad, el talento, el trabajo de los demás y atribuírselo ellos.
Por ejemplo, tú te preparas un examen importante en el colegio. Has trabajado duro, estudiando todos los días. El día del examen un amiguito tuyo copia tu examen, pero luego va a tu profesor y le dice que tú le has copiado. Él se lleva tu aprobado y tú quedarás ante todos como un niño malo, que ha copiado.
- ¿Ese niño sería un vampiro?
- Sí, Carlitos. Un vampiro es un ser débil y cobarde que bebe la sangre del éxito y de la felicidad de aquellos que son luchadores y tienen talento. Un vampiro es un ser que para vivir necesita vivir la vida de los demás, aprovecharse de la valía de aquellos que tienen aquello que a él le falta.
- Entonces estos vampiros no son tan malos como los otros de los cuentos.
- En eso te equivocas, Carlitos. Son mucho peores, ya que cuando actúan pueden echar a perder el futuro de aquellas personas de las que se han aprovechado. ¿Crees que merecería la pena seguir estudiando, cuando todo el mundo cree que tú eres el que copias, y ese vampiro puede volver a copiar tu examen?. Es muy posible que no, y por ello dejarías de estudiar y tu brillante futuro se frustaría. O quizá te convertirías tú también en otro vampiro, pensando que es más fácil y rápido hacer lo mismo: beber la sangre del éxito y de la felicidad de los demás. Y así, no sólo el mal seguiría creciendo, si no que además crearías una cadena que no tendría fin. Podrías crear nuevos vampiros, y éstos, a su vez, crear nuevos vampiros, y así sucesivamente.
- Eso es terrible, abuelo.
- Sí, sí que lo es.
- ¿Y no se puede luchar contra ellos?
- Sí, aunque es duro y difícil, pues los vampiros se aprovechan del único talento que pueden llegar a tener: la astucia. Gracias a ella pueden convencer y engañar a los demás, de crear esa magia en la que ellos son extraordinarios, que son las víctimas. Para luchar contra ellos es necesario luchar constantemente y demostrar a todos que tú eres el que vales. Pueden aprovecharse de tí la primera vez, incluso dos veces o quizá hasta tres. Pero si eres más fuerte que ellos, demostrarás con tu talento que no necesitas aprovecharte de nadie, y que la verdad es la evidencia para desenmascarar a los vampiros. Una vez lo desenmascaras no podrá volver a aprovecharse de ti. Pero debes ser valiente y demostrarlo.

Carlitos miró a su abuelo. Había comprendido una lección que duraría toda su vida, pues encontró vampiros no sólo en el colegio, si no también en la escuela de la vida, entre sus amigos, entre sus compañeros de trabajo, entre sus vecinos. Supo detectarlos y luchar contra ellos con la única arma infalible: la verdad.


Rafael Hernampérez

Mi frase

¿Qué mejor manera de morir sabiendo que tu vida mereció la pena vivirla por la felicidad de los demás?. Rafael Hernampérez

La frase del día

El secreto de la sabiduría no consiste solamente en vivir, sino en saber para qué se vive. Fiodor Dostoievski

lunes, abril 23, 2007

Libros para encontrar la felicidad

Llévate todos los contenidos de este espacio en mis libros, que podrás descargarte gratuitamente.

- El Rincón de la Felicidad: un remanso de paz en tu corazón:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF1.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF1.pdf

- El Rincón de la Felicidad 2: una nueva oportunidad:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF2.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF2.pdf

- El Rincón de la Felicidad 3: volver a nacer:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF3.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF3.pdf

- Neraclem:
http://galeon.com/rinconfelicidad/Neraclem.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/Neraclem.pdf



Mi frase

Si de los excrementos se obtuvo el abono, y del moho la penicilina, ¿qué no obtendremos de un problema?. Rafael Hernampérez

El acusado

Inteligente relato de autor desconocido, con un final sorprendente.


Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un "chivo expiatorio", para encubrir al culpable.

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas opciones de escapar al terrible veredicto: la horca.

El Juez, tambien metido en el complot, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado:

- Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras "culpable" e "inocente". Tú escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino.

Por supuesto, el juez había preparado dos papeles con la misma leyenda: "CULPABLE". La pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No tenía escapatoria.

El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y, cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y. con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente:

- Pero, ¿qué hizo?. ¿Y ahora qué? ¿Cómo vamos a saber el veredicto?
- Es muy sencillo - respondió el hombre - es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.

Con rezongos y bronca mal disimulada debieron liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo.

Moraleja: Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejes de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento. Sé creativo. Cuanto todo parezca perdido, usa la imaginación

En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento. Albert Einstein

La frase del día

El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas. Confucio

sábado, abril 21, 2007

Mi frase

Peor que una vergonzosa verdad o una mentira absoluta, es una mentira disfrazada con verdades. Rafael Hernampérez

La frase del día

La sabiduría me dice que no soy nada. El amor, que lo soy todo. Y entre los dos, fluye mi vida. Nisargadatta Maharaj

viernes, abril 20, 2007

Mi frase

Hoy es mi día, lo único que tengo, porque ayer se perdió y mañana es una ilusión. Rafael Hernampérez

La frase del día

La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy. Lucio Anneo Séneca

Mi frase

No merece la pena malgastar valiosísimos instantes en lamentarse y preguntarse: "¿por qué?". Es un desperdicio consumir esos instantes que son nuestra propia vida en lo que es inevitable. Es más útil aceptar la situación y decir: "¿por qué no?. ¿Y ahora qué?. ¿Cómo continuamos?". Rafael Hernampérez

Diferencia entre Cielo e Infierno

Antigua leyenda china con una lección sabia y sutil.


Hace mucho tiempo un discípulo preguntó a su Maestro:

- Maestro, ¿cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?

Y el vidente respondió:

- Es muy pequeña, y sin embargo de grandes consecuencias. Vi un gran monte de arroz cocido y preparado como alimento. En su derredor había muchos hombres hambrientos casi a punto de morir. No podían aproximarse al monte de arroz, pero tenían en sus manos largos palillos de dos y tres metros de longitud. Es verdad que llegaban a coger el arroz, pero no conseguían llevarlo a la boca porque los palillos que tenían en sus manos eran muy largos. De este modo, hambrientos y moribundos, juntos pero solitarios, permanecían padeciendo un hambre eterna delante de una abundancia inagotable.

Y eso era el Infierno.

Vi otro gran monte de arroz cocido y preparado como alimento. Alrededor de él había muchos hombres, hambrientos pero llenos de vitalidad. No podían aproximarse al monte de arroz pero tenían en sus manos largos palillos de dos y tres metros de longitud. Llegaban a coger el arroz pero no conseguían llevarlo a la propia boca porque los palillos que tenían en sus manos eran muy largos. Pero con sus largos palillos, en vez de llevarlos a la propia boca, se servían unos a otros el arroz. Y así acallaban su hambre insaciable en una gran comunión fraterna, juntos y solidarios, gozando a manos llenas de los hombres y de las cosas, en casa.

Y eso era el cielo

La frase del día

El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene. Ralph Waldo Emerson

jueves, abril 19, 2007

Mi frase

Así son las cosas. Ocurren en un instante y nadie se lo espera ni está preparado. Con la aptitud de aceptarlo y extraer lo mejor de todo lo ocurrido se consigue abrir la mente para ver las circunstancias con otra perspectiva, y agudizar el ingenio y el coraje para seguir en el camino que es la vida. Rafael Hernampérez

La frase del día

Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te llevan a él. Paulo Coelho

miércoles, abril 18, 2007

Alimentación para la felicidad

La felicidad esta influenciada por muchos factores: trabajo, familia, amigos, tráfico, hábitos, salud, etc. Uno de los más importantes es la propia salud, la cual comienza con una buena alimentación.

Una alimentación sana y de calidad no significa pasar hambre, o hacer dietas, o hacer mucho ejercicio. Se trata, sobre todo, en tener buenos hábitos alimenticios y elegir bien qué comer. Esto, indudablemente, afectará a nuestro organismo, el cual evitará enfermedades, trastornos derivados de una mala alimentación, y, sobre todo, equilibrar el peso.

Los consejos que aquí doy los he probado y, en mi caso, han sido efectivos. He reducido casi 30 kilos de peso, aunque he de reconocer que he hecho bastante ejercicio, lo cual ha ayudado bastante.

Recomiendo a todos los lectores el método de Michel Motignac, un reconocido y afamado dietista francés, que ha ido en contra de todo lo que se suponía de cierto en las dietas: pocas calorías y mucho ejercicio. En sus libros explica por qué la mayoría de las personas obesas comen poco o más bien poco, o por qué dos personas que comen las mismas calorías todos los días, una es más obesa a otra, o por qué al hacer una dieta hipocalórica se pierde muy rápido y muy deprisa, pero luego tenemos el efecto rebote, aún cuando seguimos con la misma dieta. En sus estudios estadísticos, científicos y médicos, demuestra que no hay un secreto para tener un peso idóneo, y que todo radica en la calidad de nuestra alimentación.

Al parecer, el problema de la obesidad y de los trastornos alimentarios provienen del metabolismo que se inicia en el páncreas, el cual regula los excesos de glucemia en la sangre a través de un regulador insulínico. Con nuestra alimentación tendemos a desproporcionar este metabolismo, tendiendo a almacenar grasas de forma anormal.

En este post voy a relatar unos consejos básicos basados en este método, pero en los libros de Michel Motignac podréis encontrar las explaciones a todo cuanto queráis, así como suculentas y sabrosas recetas.

En primer lugar, hemos de evitar el exceso glucémico en la sangre, que es lo que hará que el páncreas empiece a segregar insulina para rebajar el índice de glucemia, lo cual genera procesos metabólicos (lipogénesis) que almacenarán de forma anormal las grasas de la última comida.

La glucemia en la sangre crece por los glúcidos en los alimentos, los cuales están exageradamente inflados en los alimentos de nuestra sociedad actual.

Como referencia, el cuerpo humano sano, en ayunas, debería tener un índice glucémico de 1gr por litro de sangre.

Azúcar: Es el primer elemento de la lista negra. Hay que evitar todo alimento que contenga azúcar: bollos, dulces, "chuches", salsas (ketchup, mostaza, barbacoa, gaucha...). Produce adicción, fatiga, diabetes, caries, enfermedades coronarias y engorde. Sustituir mejor por miel, sacarosa o fructosa. Índice glucémico: 70.

Pan: El pan actual está hecho de harinas industriales refinadas, y dan un índice glucémico alto, y aporta mucha energía en forma de almidón. Lo mejor es prescindir de él durante las comidas, o bien, en el desayuno, pan natural (oscuro) o integral. Cuanto más blanco sea el pan, tanto peor. El auténtico pan natural integral tiene un índice glucémico de 40.

Patata: La patata es un tubérculo bueno en estado crudo, pero cocinado tiene almidones resistentes en la digestión humana. Su índice glucémico es muy elevado, sobre todo si está frita o cocida (90-95). Hervida con piel tiene un índice glucémico de 70 (como el azúcar).

Zanahoria: La zanahoria tiene un índice glucémico de 35 cuando está cruda, pero hervida o cocida puede llegar a 85.

Arroz: El arroz blanco es un arroz occidental rico en almidones, por lo que el índice glucémico se dispara. El arroz más sano es el largo y también el basmati (50), o el arroz integral (40). Hay que evitar el arroz precocinado (90) y el arroz instantáneo (85) y los pasteles y galletas de arroz inflado (85). El arroz hay que cocerlo una parte de arroz y dos de agua, dejando que se hinche cortando de golpe la fuente de calor.

Maíz: Mejor comerlo al natural, en lugar de palomitas de maíz (85)


Pastas: Las pastas están realizadas con harinas industriales refinadas, por lo que el índice glucémico es muy alto. Es recomendable la pasta fina "pastificada", como el espaguetti, o los fideos (índice de 50 con una cocción entre 8 y 12 minutos). Es recomendable que se cocine "al dente", es decir con una cocción entre 5 y 6 minutos (índice de 45), e inmediatamente después enfriar con agua fría.

Legumbres: Las legumbres tienen un índice glucémico bajo. Lo que engorda es cómo se elaboran, y normalmente se les hecha todo tipo de añadidos malos: chorizo, tocino, morcilla... Mejor en forma de ensaladas o salteadas.

Fruta: Son muy sanas y, aunque tengan un índice glucémico un poco alto (debido a la fructosa, la sacarosa y la glucosa), tienen además fibras que reducen dicho índice glucémico. Lo mejor es comer la fruta sola, nunca acompañando o terminando otras comidas. En ayunas es esencial.

Alcohol: Prohibidísimo!!! Especialmente la cerveza (la maltosa tiene un índice glucémico de 110) y los licores destilados y derivados del azúcar (ron, anís...). El único aconsejable es un vasito de vino al día, después de la comida.

Gaseosas y sodas: Prohibidísimo!!! Estas bebidas tienen un altísimo contenido en azúcar, además de otras sustancias químicas que harían vomitar a una cabra. Las colas, por ejemplo, tienen ácido fosfórico, las cuales se comen las articulaciones del cuerpo.

Lácteos: Consumir leche desnatada, quesos no grasos (0%), y yogures (aconsejablemente desnatados y sin azúcar).

Zumos: Es mejor exprimir la fruta directamente, ya que si no pierde sus vitaminas. En caso de comprarlos en la tienda, que sean lo más naturales y concentrados posibles, sin azúcar ni productos químicos adicionales.


Además de los consejos de Michel Motignac, yo añado otros que me dió mi médico:

Cereales: No consumir cereales industriales, ya que se les añade azúcares y muchas otras cosas que no hacen si no adulterar un producto tan sano. Los mejores, de herbolario y sin tratamiento químico. Eso sí: el sabor puede ser muy áspero.

Bollería: Prohibido! La bollería industrial tiene el problema de las harinas industriales refinadas, además del añadido de azúcares y otro tipo de dulces: mermeladas, chocolate, etc.

Chocolate: Recomiendo un chocolate con un 70% de pureza mínimo y en pocas cantidades (una o dos onzas diarias), ya que incluso es beneficioso para el corazón. Yo prefiero un 99%, pero es necesario un paladar exquisito que aprecie un chocolate tan amargo.

Frituras: Prohibiísimo! Transforman el índice glucémico de los alimentos, además de añadir grasas a los alimentos. Mi recomendación es todo a la plancha o al horno, incluyendo las pastas.

Carnes: Es mejor comer carne de ave sin piel, especialmente pollo o pavo. También recomiendo la carne de conejo. Estas carnes tienen pocas calorías, sobre todo a la plancha. No recomiendo carnes de caza, carnes rojas, ni carnes con mucha grasa o tratadas como embutidos. La única excepción sería el jamón sin betas de grasa.

Pescados: El pescado blanco es el mejor, aunque el azul también lo es. En mi caso, que sufro de ácido úrico, el pescado azul no es lo más aconsejable. En todo caso, el pescado mejor a la plancha. Procuraría evitar en lo posible los pescados grasos como la trucha o el salmón.

Salsas: Las salsas suelen tener harinas para espesar, lo que añaden un poder glucémico muy alto. Asimismo, suelen añadirse azúcar a estas salsas. Si además son comerciales, añaden otro tipo de añadidos químicos poco recomendables para la salud.

Sal: Es fatídica para la tensión. Recomiendo una dieta pobre en sal.

Conservas: El alimento en conserva no es un producto sano, debido a la cantidad de salsas y productos que se le añaden que no contribuyen, para nada, a una buena salud.

Una buena alimentación comienza por una buena selección de alimentos, y preparados de la manera más natural posible. Es muy importante evitar toda la comida preparada, especialmente si es industrial, que lo único bueno que tiene es la comodidad de preparación.

Asimismo, el ejercicio es indispensable para que la alimentación y el cuerpo sintonicen, además de ser una vía de descarga de estrés y de las preocupaciones, aportando, además, paz interior. No hay que competir, ni escoger un deporte muy agresivo. Con andar un mínimo de media hora al día es suficiente para fortalecer los músculos.

Para adelgazar es recomendable un deporte aeróbico: footing, spinning, bicicleta... Pero si se empieza, es conveniente empezar muy tranquilamente y sin querer muchas pretensiones. Con cinco o diez minutos a un ritmo tranquilo es suficiente. Tiempo habrá para ir marcándose metas más altas.

El agua es vida, y es un elemento primordial para purificar el cuerpo. Con litro y medio o dos litros diarios son suficientes.

A pesar de los consejos aquí expuestos, lo más recomendable es tener el control de un experto en dietética para una alimentación sana.


Rafael Hernampérez

El ciervo, el manantial y el león

Interesante fábula de Esopo, que nos enseña una curiosidad.

Agobiado por la sed, llegó un ciervo a un manantial. Después de beber, vio su reflejo en el agua. Al comtemplar su hermosa cornamenta, sintióse orgulloso, pero quedó descontento por sus piernas débiles y finas. Sumido aún en estos pensamientos, apareció un león que comenzó a perseguirle. Echó a correr y le ganó una gran distancia, pues la fuerza de los ciervos está en sus piernas y la del león en su corazón.

Mientras el campo fue llano, el ciervo guardó la distancia que le salvaba; pero al entrar en el bosque sus cuernos se engancharon a las ramas y, no pudiendo escapar, fue atrapado por el león. A punto de morir, exclamó para sí mismo:

- ¡ Desdichado ! Mis pies, que pensaba me traicionaban, eran los que me salvaban, y mis cuernos, en los que ponía toda mi confianza, son los que me pierden.

Moraleja: Muchas veces, a quienes creemos más indiferentes, son quienes nos dan la mano en las congojas, mientras que los que nos adulan, ni siquiera se asoman.

Mi frase

La vida está llena de instantes, y vamos acumulando estos instantes sin pensar que cualquiera de ellos puede hacerte el más feliz o el más desafortunado de las criaturas que pueblan este mundo, sin ni siquiera imaginar que uno de ess instantes puede ser el último. Rafael Hernampérez

La frase del día

Hemos preparado a los hombres para pensar en el futuro como una tierra prometida que alcanzan los héroes, no como lo que cualquiera alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga. Clive Staples Lewis

martes, abril 17, 2007

Mi frase

Un instante, tan sólo un instante, es necesario para hacer grandes cosas y para cambiar una vida o un mundo. Rafael Hernampérez

La corneja y los cuervos

Sabia fábula de Esopo.


Una corneja que por esas cosas del destino era más grande que sus compañeras, despreciando y burlándose de sus congéneres, se fue a vivir entre los cuervos pidiéndoles que aceptaran compartir su vida.


Pero los cuervos, a quienes su figura y voz les eran desconocidas, sin pensarlo mucho la golpearon y la arrojaron de su grupo.

Y la corneja, expulsada por los cuervos, volvió de nuevo donde las demás cornejas. Pero éstas, heridas por el ultraje que les había hecho, se negaron a recibirla otra vez. Así, quedó esta corneja excluída de la sociedad de unos y de otros.

Moraleja: Cuando pienses cambiar de sociedad, domicilio o amistades, no lo hagas nunca despreciando a la anterior, no sea que más tarde tengas que regresar allá.

La frase del día

El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse. Winston Churchill

lunes, abril 16, 2007

El jardinero impaciente

Hubo una vez un jardinero que tenía un solar por jardín. Y no era porque no plantase nada en el jardín, ni que no lo abonase o regase. El problema era su impaciencia.

Cuando plantaba un árbol, no podía esperar a que creciera lo suficiente y que diese sus frutos. En mitad de su desarrollo, arrancaba el árbol de forma desesperada, sin darle tiempo.

Una vez plantó un rosal para deleitarse con sus flores. Pero cuando se pinchó con una de sus espinas, se enfureció tanto que lo quemó, maldiciendo a la pobre planta.

Otra vez sembró unos pensamientos, pero al ver que no se elevaban lo que a él le gustaría, ni que tuvieran los colores y las tonalidades que él deseaba, procedió a desenterrarlas con su azadón, dejándolas morir con sus raíces fuera.

En otra ocasión plantó una parra, pero esta no creció lo que él suponía suficiente el primer año. Él quería una parra como la de su vecino, que daba una sombra espectacular en verano en lo alto de su porche, con multitud de racimos verdes. Ante la falta de rapidez de crecimiento, procedió a talar su aún verde tronco, culpando al que le vendió el sarmiento inicial.

Lo intentó también con árboles frutales y hasta con bonsais. Pero la complejidad de los injertos y del cuidado de los árboles enanos lo desesperaron enseguida, abandonando la tarea iniciada y condenando a la muerte a los nuevos candidatos de su jardín.

Hubo una vez que contrató a un ayudante, quien comenzó a realizar las tareas con paciencia y buen hacer. Pero el jardinero lo despidió, pensando en que no soportaba el buen hacer del joven, y porque le ponía en ridículo ante todos sus convecinos.

El jardinero fue envejeciendo, y su solar seguía siendo un solar. Trabaja inútilmente y no tenía ningún resultado rápido. Culpaba a todos de todo: a las plantas, al agua, a la tierra, al ayudante, al vecino... Y todos sus intentos evidenciaban aún más el problema principal: él mismo.

Siendo ya viejo, el jardinero enfermó, no pudiendo ya caminar. Desde su casa veía y sufría, día a día, cómo su solar seguía siendo un solar.

Un día, empezó a salir un pequeño brote del suelo, enfrente de su puerta. Pero él no podía moverse. Quería levantarse para ver más de cerca a aquel intruso, pero debía conformarse desde la distancia a ver cómo, día tras día, y mes tras mes, cómo ese brote iba creciendo sólo, a expandirse en unas ramas y en unas verdes hojas. En tres años, aquel pequeño brote era ya un arbolito de un tamaño considerable, hermoso, majestuoso y espléndido. El jardinero sonrió, pues aquel arbol era el jardín que siempre quiso pero que estúpidamente siempre había matado.


Moraleja: A menudo actuamos como el jardinero, con la ilusión de conseguir algo, pero una vez comenzado no tenemos la constancia de seguir y ver el final. Creemos que las cosas vienen ya hechas, o que los resultados se obtienen en muy poco tiempo, y no tenemos la paciencia de disfrutar del milagro del desarrollo, desde la más pequeña semilla hasta convertirse en un enorme árbol. Es la impaciencia la que nos hace abandonar nuestros sueños cuando surge la más pequeña dificultad. Destruimos ese sueño, esa ilusión, mucho antes de haberse materializado.

Y nuestro orgullo y nuestra falta de reconocer nuestros errores y de aprender de ellos, nos hace ser déspotas, rechazando y eliminando de nuestra vida las ayudas que nos proporcionan.


Rafael Hernampérez

Libros para encontrar la felicidad

Llévate todos los contenidos de este espacio en mis libros, que podrás descargarte gratuitamente.

- El Rincón de la Felicidad: un remanso de paz en tu corazón:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF1.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF1.pdf

- El Rincón de la Felicidad 2: una nueva oportunidad:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF2.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF2.pdf

- El Rincón de la Felicidad 3: volver a nacer:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF3.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF3.pdf

- Neraclem:
http://galeon.com/rinconfelicidad/Neraclem.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/Neraclem.pdf



domingo, abril 15, 2007

El entierro

He querido despedirme de Juan, asistiendo a su entierro.

Ha ocurrido algo increíble: era imposible aparcar. El aparcamiento, los márgenes de la carretera, el aparcamiento de un campo de fútbol y el de un solar contiguo al cementerio estaban abarrotados de coches. Tuve que aparcar un poco lejos, junto a la valla de una parcela rústica.

La capilla estaba a rebosar, y muchas personas se quedaron fuera. Era tal la asistencia a este último adiós a una grandísima persona.

Rafaela, su esposa, se derrumbó tras estos dos días de entereza en el tanatorio. El cansancio y la partida del que fuera el verdadero amor de toda una vida, que dió como fruto dos fantásticos hijos y un nieto, ya rebasaron el límite.

La homilía fue rápida. Apenas quince o veinte minutos, llenos de profundo pesar y del calor de una multitud. Después, fuimos hacia los nichos, haciendo el cortejo fúnebre tras su ataúd. Por la densidad de la procesión, calculé cerca de 500 asistentes.

El cierre del sepelio fue emotivo y muy sentido por los presentes. Rafaela se derrumbó nuevamente, dando el último adiós a Juan. Acto seguido se dirigió al nicho de su madre, a tan sólo unos pocos nichos a la izquierda del de Juan. Pronunció unas palabras a su madre, tocando la losa de mármol que sella su nicho.

En ese momento recordé que hacía apenas siete años, asistí a dar el pésame a Rafaela por su madre en ese mismo tanatorio, poco antes de su entierro, que se celebraba al mismo tiempo que mi boda.

Me acordé entonces de mi tía Begoña, fallecida hace apenas seis años, tras una agonía de casi dos años luchando con una fuerza sobrenatural contra el cáncer que la consumió. La iglesia de mi pueblo, mucho mayor que la capilla del tanatorio donde oficiaron la despedida de Juan, estaba mucho más abarrotada, y mucha gente se quedó fuera de la iglesia. Fueron más de mil (no estoy exagerando) las personas que fueron a dar el pésame a mi tío y a mis primos. Duró mucho más que la hora de la homilía. Parecía no acabar nunca.

Uno se detiene a pensar qué es la vida, qué hacemos en ella y si merece la pena hacer tantos planes y trabajar duramente por cosas que nunca llegan a verse o a materializarse. La muerte es lo único seguro que existe; lo demás son sólo conjeturas.

La vida, amigos míos, es un constante relevo. Todo tiene un inicio y un fin, y a cada vida le sucede otra, abriendo y cerrando los ciclos de una vida más alta e inmortal, posiblemente la de Dios. Nuestra vida constituye una oportunidad de mejorar y evolucionar esa otra vida mayor, como si fuéramos una célula de ese organismo mayor.

Hemos tenido la oportunidad de vivir, de existir en este maravilloso mundo, y hemos tenido la suerte de decidir cómo queremos vivir nuestra existencia. Somos libres de elegir cómo vivir, a pesar de que olvidamos que la vida es este preciso momento. El pasado no tiene importancia, porque nunca ocurrirá otra vez: ni lo bueno ni lo malo. El futuro es sólo una ilusión creada por nuestros sentimientos y nuestras emociones. Pero este instante es realmente tu vida. No importa tus riquezas, tus títulos, tus creencias, tus proyectos o tus preferencias. Sólo te pertenece este preciso instante, y si al siguiente instante ya no estás aquí, todo aquello con lo que has adornado tu vida carecerá de sentido y de valor.

Nos obcecamos constante e inútilmente en hacer más y más planes, en llenar nuestro tiempo de cosas inútiles, en adornar nuestra vida, en llenar una y otra vez la bandeja de las cosas por hacer, y dejar para el final los planes para ser felices o hacer felices a los demás. Nuestro último instante no lo conocemos, y llega antes de lo que nos gustaría. Cuando dejamos este mundo, la bandeja de cosas por hacer está siempre llena.

Tienes en tus manos la oportunidad de elegir cómo invertir este instante. Puedes elegir entre ser feliz o desdichado, enfadarte o alegrarte, fruncir el ceño o sonreír, hacer el bien o hacer el mal, aislarte o disfrutar del calor humano, crear o destruir, odiar o amar, realizar tus sueños o perder el tiempo, desesperarte o buscar una solución, preocuparte u ocuparte, invertir o malgastar ese instante... Cada instante es una semilla de la que germinará el fruto de tus decisiones.

Y a medida que se avanza en la vida, se acumulan sus instantes y germinan los frutos de tus decisiones. Al final, en el último instante, es cuando al hacer el balance de esos frutos se verá si la vida ha merecido la pena.

Cuando veo la concurrencia en el adiós a Juan o a Begoña, es cuando me percato de que sus vidas en realidad han merecido la pena. Fueron grandes personas, que con escasos estudios, cultura, títulos o riquezas, amaron a muchas personas, haciéndolas felices a lo largo de sus vidas. Invirtieron esos instantes con la semilla del amor y de la felicidad. Sus frutos son evidentes, y el balance es una incomparable cosecha ingente de amor y de felicidad. Y esos frutos sobrevivirán a sus muertes en los corazones de las personas que amaron.

Lo más curioso de esta historia no fue esta reflexión que tuve mientras sellaban el sepelio de Juan. Tras concluir el ritual, al darme la vuelta en procesión hacia la salida, pasé por un nicho con un dibujo pintado por un niño dedicado a su padre, fallecido con 39 años. No sé por qué, pero me evadí de la procesión, giré a la derecha, recorrí varias filas de nichos, hasta el solitario pasillo donde se encontraba el nicho de mi amiga Vanesa, fallecida hace unos pocos meses con tan sólo 26 años. En mitad del pasillo había un banco, donde me senté. Justo enfrente de mí había un nicho de un chico fallecido con sólo 16 años. En ese momento me derrumbé y rompí a llorar.

Me jacto de no llorar en los entierros, ni siquiera del de los seres más queridos. Pero en ese momento estaba llorando, y no por la pérdida de Juan ni por acordarme de mi tía Begoña o de mi querida Vanesa. Estaba llorando por aquel dibujo hecho por un niño a su papá, para mí un completo desconocido. Me acordé en ese momento de mi hija, a la que le encanta dibujar mucho y dedicarme la mayor parte de sus pequeñas obras de arte. No es que yo me imaginara estar dentro de ese nicho y que el dibujo fuera de mi hija Nerea. No alcanzo a explicar por qué esa imagen me hizo sacar toda ese dolor de dentro de mí. Quizá fuera como un símbolo que representa el adiós de una vida y el relevo de otra. Que la vida no termina con la muerte, que unos vienen y otros se van, y que la muerte, al fin y al cabo, es un trámite necesario para que todo continúe y recicle un ente superior del cual nosotros tan sólo somos como unas simples células.

En estos momentos soy feliz porque Begoña, Juan, Vanesa, Casiano y otros muchos seres queridos a los que he perdido, han contribuido con su existencia a un mundo mejor, y los frutos de sus semillas siguen aquí, ahora y siempre. Y soy feliz porque yo también estoy contribuyendo a esa causa lo mejor que puedo, amando a mi prójimo.

Quisiera que mi último instante en esta vida fuese el más feliz para mí y para todos los demás, saber que todos mis instantes los invertí bien, y que todas las semillas que planté en vida germinan y dan un fruto incomparable del que todos puedan saciarse.



Rafael Hernampérez

viernes, abril 13, 2007

Juan

Hace apenas unos minutos ha fallecido Juan, el vecino de toda la vida.

Juan y su mujer, al igual que mis padres, fueron de los primeros vecinos del bloque, que habían invertido todos sus ahorros en cuatro ladrillos cuando estaba el solar. Sus hijos, junto conmigo y mis hermanos, nos hemos criado juntos y hemos ido al mismo colegio. Hemos compartido prácticamente de todo durante muchos años.

A mi mente vienen las fiestas por Navidad, por NocheVieja, o por algún cumpleaños, en nuestras propias casas o en el descansillo. Todo era alegría y felicidad.

Un instante ha bastado para apagar esa alegría que recordaré siempre mientras viva, así como su generosidad y su positivismo en la vida. Recordaré también que yo, al igual que él, también tengo un último instante, que puede ser cualquiera de los que me quedan.

A pesar de la pena y de las lágrimas que me produce su pérdida, soy feliz porque Juan fue una persona de gran corazón, que quería infinítamente a todo el mundo. Tuve la gran dicha de haber estado junto a él en vida, y de beber en su manantial de paz y de felicidad. Fue feliz y regaló felicidad a todos los que estuvimos a su lado. ¿Qué mejor manera de morir sabiendo que tu vida mereció la pena vivirla por la felicidad de los demás?.

En mi alma, por siempre, te dedico estas palabras, Juan. Sé feliz siempre.

El futuro es un bromista

El futuro es un bromista que a menudo le gusta cambiar tus planes.

Un instante, tan sólo un instante, es necesario para hacer grandes cosas y para cambiar una vida o un mundo.

La vida está llena de instantes, y vamos acumulando estos instantes sin pensar que cualquiera de ellos puede hacerte el más feliz o el más desafortunado de las criaturas que pueblan este mundo, sin ni siquiera imaginar que uno de esos instantes puede ser el último.

He estado trabajando duro durante mucho tiempo, dando lo mejor de mí, esforzándome al máximo, dedicándome enteramente a mi trabajo para labrar un futuro mejor para mí y para mi familia. Durante dos años y medio he estado sacrificando sueño y tiempo (robado a mi mujer y a mi hija), para tener un trabajo estable y poder conseguir una nueva casa. Dos años y medio de ilusiones, presiones y nervios. He pasado casi un año intentando vender mi casa actual. La semana que viene es muy posible que firme la venta. Julio es la fecha prevista para ir a nuestra nueva casa.

Pero un instante ha cambiado todo este proyecto de vida, pues hoy he sido despedido de mi empresa, en la que tenía puesta todas mis ilusiones profesionales y personales. Ese fatídico instante ha truncado todo el esfuerzo realizado, pues debo encontrar un trabajo enseguida y no creo que ningún banco me conceda una hipoteca con menos de seis nóminas.

Pero, lejos de despotricar, de culpar, de lamentar, de rasgarme las vestiduras, de preocuparme, de enfadarme de darle vueltas al asunto sin llegar a ningún sitio, lo he tomado con una actitud positiva. De nada sirve todo ésto, salvo para perder el tiempo y alimentar una frustración innecesaria e inevitable. En lugar de ello, acepto la situación (mi mujer no lo ha podido encajar), y con la mente fría he tomado la actitud de no rendirme y luchar por ver otras posibilidades. Es posible que ahora no sea el momento, y que esto es una lección y una experiencia de la que se puede aprender mucho y de la que uno sale fortalecido. Es posible que si no vendemos el piso, y perdemos el 25% de todo lo que hemos invertido, más los intereses cobrados en los créditos que hemos abierto, por lo menos seguiremos teniendo nuestra casa, que es la primera necesidad, y que en un futuro podamos tener una mejor inversión inmobiliaria. No nos quedamos sin nada.

Respecto a mi empresa, no guardo ningún rencor en mi corazón ni contra la empresa ni contra las personas que me han despedido. Les doy las gracias por poner un obstáculo en mi vida que me dará la oportunidad de agudizar mi destreza y mi habilidad para superarlo, y me permitirá ser mejor aún de lo que soy. Agradezco de corazón la oportunidad de haberme acogido en la organización, de haberme hecho partícipe de importantes labores y decisiones, de conocer a grandísimos compañeros y profesionales, de aprender muchas cosas y de poder tener a mi disposición la oportunidad de superarme a mí mismo ante las circunstancias. Creo que mi trabajo ha sido encomiable, pues he dado lo mejor de mi, y las personas con las que he trabajado han dado lo mejor de sí para mí. Si alguna de las semillas que he sembrado en el trabajo ha servido para que las cosas vayan mejor para la empresa o para alguno de mis compañeros, me sentiré satisfecho de por vida. Estoy orgulloso de haber trabajado con los mejores profesionales que he visto en muchos años.

Ahora tengo la oportunidad única de pasar más tiempo con mi hija, recuperando el tiempo que invertí a favor de mi trabajo. Ahora tengo la oportunidad de pasar más tiempo y de animar a la mujer que elegí para compartir mi vida. Ahora tengo la oportunidad de hacer más deporte y de leer más. Tengo la oportunidad única de tener más tiempo para encontrar la inspiración de mis reflexiones y poder escribir algo hermoso. Tengo la oportunidad de redecorar mi casa, ya sea ésta o preparar la otra (espero que sí). Tengo la oportunidad de hacer tantas cosas que no podía hacer por culpa de mi trabajo...

Así son las cosas. Ocurren en un instante, y nadie se lo espera ni está preparado. Con la actitud de aceptarlo y extraer lo mejor de todo lo ocurrido se consigue abrir la mente para ver las circunstancias con otra perspectiva, y aguidizar el ingenio y el coraje para seguir en el camino que es la vida. No merece la pena malgastar valiosísimos instantes en lamentarse y preguntarse ¿por qué?. Es un desperdicio consumir esos instantes que son nuestra propia vida en lo que es inevitable. Es más útil aceptar la situación y decir, ¿por qué no? ¿Y ahora qué? ¿Cómo continuamos?

Si de los excrementos se obtuvo el abono, y del moho la penicilina, ¿qué no obtendremos de un problema?. No lo quiero ni imaginar.

Aunque mis sueños se desvanezcan en un instante, nunca dejaré de soñar.

Sed felices, aquí y ahora.



Rafael Hernampérez

Devolver bien por mal

Interesante relato de autor desconocido.


Existía un monasterio que estaba ubicado en lo alto de la montaña.

Sus monjes eran pobres, pero conservaban en una vitrina tres manuscritos antiguos, muy piadosos. Vivían de su esforzado trabajo rural y fundamentalmente de las ofrendas que les dejaban los fieles curiosos que se acercaban a conocer los tres rollos, únicos en elmundo. Eran viejos papiros, con una fama universal de ser muy importantes y profundos.

En cierta oportunidad un ladrón robó dos rollos y se fugó por la ladera. Los monjes avisaron con rapidez al abad, quien, con rapidez, cogió el rollo que había quedado y con todas sus fuerzas corrió tras el agresor y lo alcanzó:

- ¿Qué has hecho? Me has dejado con un sólo rollo que no me sirve. Nadie va a venir a leer un mensaje que está incompleto. Tampoco tiene valor lo que me robaste. O me das lo que es del templo o te llevas también este texto. Así tendrás la obra completa.

- Padre, estoy desesperado, necesito urgente hacer dinero con estos escritos santos.

- Bueno, toma el tercer rollo. Si no se va a perder en el mundo algo muy valioso. Véndelo bien y quedaremos en paz.

Los monjes no llegaron a comprender la actitud del abad. Estimaron que estaba loco y que había sido débill y hasta bueno con el ladrón, y que era el monasterio el que había perdido. Pero guardaron silencio, y todos dieron por terminado el episodio.

Cuenta la historia que a la semana, el ladrón regresó. Pidió hablar con el Padre Superior:

- Aquí están los tres rollos, no son míos. Los devuelvo. Te pido en cambio que me permitas ingresar como monje. Mi vida se ha transformado.

Nunca ese hombre, había sentido la grandeza del perdón, la presencia una excelente generosidad y actitud incondicional.

El abad recuperó los tres manuscritos para beneficio del monasterio, ahora mucho más concurrido por la leyenda del robo y de la devolución. Y además consiguió un monje trabajador y de una honestidad a toda prueba.

El agresor espera agresión, no una respuesta creativa, generosa, inesperada, insólita. No sospecha la conmoción del poder incalculable del perdón, de devolver bien por mal y de presentar en ocasiones la otra mejilla.

La frase del día

El más grande descubrimiento de mi generación es que un ser humano puede cambiar su vida si cambia su actitud. William James

jueves, abril 12, 2007

El perro con campanilla

Sencilla y divertida fábula de Esopo


Había un perro que acostumbraba morder sin razón.

Le puso su amo una campanilla para advertirle a la gente de su presencia cercana. Y el can, sonando la campanilla, se fue a la plaza pública a presumir. Mas una sabia perra, ya avanzada de años le dijo:

- ¿ De qué presumes tanto, amigo ? Sé que no llevas esa campanilla por tus grandes virtudes, sino para anunciar tu maldad oculta.

Moraleja: Los halagos que se hacen a sí mismos los fanfarrones, sólo delatan sus mayores defectos.

La frase del día

No sabes lo que dices - respondió el ángel -. No existe la tragedia, sino lo inevitable. Todo tiene su razón de ser: sólo necesitas saber distinguir lo que es pasajero de lo que es definitivo.
- ¿Qué es lo pasajero? - preguntó Elías.
- Lo inevitable.
- ¿Y lo definitivo?
- Las lecciones de lo inevitable.

Paulo Coelho. La Quinta Montaña

miércoles, abril 11, 2007

Mi frase

La impaciencia es mala compañera de viaje, y a menudo nos aparta del camino del éxito al poco de haber empezado a caminar por él. Rafael Hernampérez

Hacer la diferencia

Precioso relato anónimo que te hará reflexionar.

Su nombre era Mrs. Thompson. Mientras estuvo al frente de su clase de 5o. grado, el primer día de clase lo iniciaba diciendo a los niños una mentira. Como la mayor parte de los profesores, ella miraba a sus alumnos y les decía que a todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba un niño llamado Teddy Stoddard.

Mrs. Thompson había observado a Teddy desde el año anterior y había notado que el no jugaba muy bien con otros niños, su ropa estaba muy descuidada y constantemente necesitaba darse un buen baño. Teddy comenzaba a ser un tanto desagradable.

En la escuela donde Mrs. Thompson enseñaba, le era requerido revisar el historial de cada niño, ella dejó el expediente de Teddy para el final. Cuando ella revisó su expediente, se llevó una gran sorpresa.

La Profesora de primer grado escribió:

"Teddy es un niño muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene muy buenos modales ... es un placer tenerlo cerca".

Su profesora de segundo grado escribió:

"Teddy es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se nota preocupado porque su madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en su casa debe ser muy difícil".

La profesora de tercer grado escribió:

"Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él. El trata de hacer su mejor esfuerzo, pero su padre no muestra mucho interés y el ambiente en su casa le afectará pronto si no se toman ciertas medidas".

Su profesora de cuarto grado escribió:

"Teddy se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones duerme en clase".

Ahora Mrs. Thompson se había dado cuenta del problema y estaba apenada con ella misma. Ella comenzó a sentirse peor cuando sus alumnos le llevaron sus regalos de Navidad, envueltos con preciosos moños y papel brillante, excepto Teddy. Su regalo estaba mal envuelto con un papel amarillento que el había tomado de una bolsa de papel.

Algunos niños comenzaron a reir cuando ella encontró un viejo brazalete y un frasco de perfume con sólo un cuarto de su contenido. Ella detuvo las burlas de los niños al exclamar lo precioso que era el brazalete mientras se colocaba un poco del perfume en su muñeca. Teddy Stoddard se quedo ese día al final de la clase el tiempo suficiente para decir:

- Mrs. Thompson, el día de hoy usted huele como solía oler mi mamá.

Desde ese día, ella dejó de enseñarles a los niños aritmética, a leer y a escribir. En lugar de eso, comenzó a educar a los niños. Mrs. Thompson puso atención especial en Teddy. Conforme comenzó a trabajar con él, su cerebro comenzó a revivir. Mientras más lo apoyaba, el respondía más rápido. Para el final del ciclo escolar, Teddy se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase.

Un año después, ella encontró una nota debajo de su puerta, era de Teddy, diciéndole que ella había sido la mejor maestra que había tenido en toda su vida.

Catorce años después recibió otra nota. En esta ocasión le explicaba que después de que concluyó su carrera, decidió viajar un poco. La carta le explicaba que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su favorita, pero ahora su nombre se había alargado un poco, la carta estaba firmada por Dr. Theodore F. Stoddard.

La historia no termina aquí, existe una carta más que leer, Teddy ahora decía que había conocido a una chica con la cual iba a casarse. Explicaba que su padre había muerto hacía un par de años y le preguntaba a Mrs. Thompson si le gustaría ocupar en su boda el lugar que usualmente es reservado para la madre del novio, por supuesto Mrs. Thompson aceptó. Ella llegó usando el viejo brazalete y se aseguró de usar el perfume que Teddy recordaba que usó su madre la última Navidad que pasaron juntos. Se dieron un gran abrazo y el Dr. Stoddard le susurró al oído:

- Gracias Mrs. Thompson por creer en mi. Muchas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo puedo hacer la diferencia.
Mrs. Thompson tomó aire y dijo:

- Teddy, te equivocas, tu fuiste el que me enseñó a mi que yo puedo hacer la diferencia. No sabía cómo educar hasta que te conocí.

Mi frase

El futuro es un bromista que a menudo le gusta cambiar tus planes. Rafael Hernampérez

La frase del día

Lo inevitable siempre sucede. Paulo Coelho. La Quinta Montaña

martes, abril 10, 2007

¿Es malo ser demasiado bueno?

Ocurre a veces que cuando uno quiere ser excelente en bondad, termina convertido en un tirano. Ocurre a veces que cuando uno quiere hacer bien, termina haciendo daño. Ocurre a veces que cuando uno pone todo lo mejor de sí termina siendo incomprendido y repudiado porque el resultado no fue el que uno quería.

Hace un tiempo trabajo como gerente en una importante consultora multinacional. Al entrar me encontré a un equipo desmotivado y a punto de romperse debido, sobre todo, a que la empresa no había tenido en cuenta las condiciones de los trabajadores. El principal problema es que llevaban algunos años sin subida salarial, y la desmotivación provenía de la falta de reconocimiento de la empresa.

Un día, dos de mis empleados me abordaron para comentarme su situación, y lanzando amenazas. Estaban desesperados y ya nada más les importaba.

Transmití la situación a la dirección, quien tuvo a bien reunirse con ellos y con el resto, con el fin de escucharles y llegar a algún acuerdo.

Hace unas semanas se produjo la tan esperada subida, Algunos de los empleados seguían descontentos porque la subida era irrisoria y no era lo que esperaban. Alguno, incluso, se cebó en la empresa comentando todo el trabajo y dedicación que había dado y que no había servido para nada. Me agradecieron el gesto, y que se hubiese avanzado aunque sólo fuera un poquito.

Ayer, otro empleado se quejó de que no había tenido ningún tipo de subida. Al rato le sorprendí navegando por páginas web de empleo y, sin ningún tipo de tapujo, me comentó que no siente un reconocimiento por parte de la empresa.

Escribí un correo nuevamente a la dirección, comentando nuevamente la desmotivación general del equipo, indicando el posible riesgo que habría si decidían marcharse y dejar el proyecto en estos momentos tensos. Aconsejé que hubiese una posición receptiva por parte de la empresa y escuchar nuevamente a estos empleados.

Esta mañana he abordado a uno de los directores, comentándole la situación. Me llevé una sorpresa cuando me comentó que algunas de estas personas exigían una subida salarial de hasta casi 12000 euros. Por otro lado, de las subidas prometidas a otros empleados de otros proyectos, éstas se redujeron o se quitaron para incrementar la subida salarial de estas personas, llegando incluso a un 18%. Es decir, que se sacrificó subidas salariales de otros compañeros para satisfacer en lo posible a estas personas.

A esta noticia, añadir que este equipo ha sido el menos productivo de la empresa desde hace mucho tiempo, y que ahora es cuando empezaba a realizar algo de trabajo debido al proyecto que estoy gestionando.

Al final, el director se indignó por el desagradecimiento y el eogísmo de estas personas que, a costa de los demás han conseguido una subida salarial injusta y se siguen quejando. Comentó que ante este tipo de comportamientos habría que actuar firmemente con un despido como ejemplo. Esta acción iba a tomarse inmediatamente, pero sugerí esperar un par de semanas como mínimo. Por un lado, la semana que viene salimos a producción con el cliente, y estas personas son indispensables. Por otro lado, quería enfriar la situación para que la cosa no fuera a más. Al final, se tomará esas dos semanas para actuar.

El mundo se me vino encima. Por un lado, me sentí como un tonto en mitad de esta contienda, sintiéndome engañado o manipulado por personas que iban de víctimas. Por otro lado, me sentía muy mal, ya que debido a que quería ayudar, he terminado por provocar, sin quererlo, una guerra que lo único que va a hacer es empeorar aún más las cosas. Si despiden a una persona, las demás se marcharán inmediatamente, dejando el equipo sin recursos, con una sensación muy amarga en el ambiente, y con una desconfianza entre el resto que haría el aire irrespirable. Casi prefiero que no pase nada y que las personas del equipo se vayan yendo una a una, mes a mes o incluso semana a semana, con un ambiente mucho mejor, y con un margen de reacción aceptable.

Al final has de tener mente de negocio, y olvidarte de las personas, aunque cueste mucho. Ser una chispa inocente que encienda la mecha de una terrible bomba, no es un concepto muy halagüeño de uno mismo.

Ante un problema como éstos uno se siente perdido, ya que lo que uno quería hacer con la mejor intención del mundo, por ayudar a todos, al final termina siendo la peor de las desdichas. Ni pagado, ni agradecido, y además como objetivo de todos los dedos, iras y culpas. Aún no ha ocurrido, pero así será.

Uno vuelve a recordar una amarga lección: el futuro es un bromista que cambia tu visión.


[POR LA TARDE]

Caprichosa es la palabra, y tan sólo una puede provocar la mayor de las tragedias. Pero tener la palabra puede ser una bendición, porque puede aclarar lo que nuestra enturbiada mente puede imaginar.

El director llamó a uno de estos empleados y habló muy molesto con él. El empleado, perplejo, explicó que esa percepción era errónea, ya que tanto él como el resto de sus compañeros, aunque si bien no consiguieron lo que quisieron, estaban más que de acuerdo con la subida.

Tras esta reunión, el empleado fue a hablar conmigo describiéndome la reunión. Mientras oía, absorto, lo ocurrido, me percaté que el motivo de tan ruidosa y calamitosa situación era mi exceso de prevención y de celo, por no querer revelar nombres. La información era incompleta, y al ser incompleta, el director supuso que todo iba relacionado con estos empleados que en su día se quejaron, cuando en realidad el asunto espinoso (queja enfurecida y visita de páginas web de empleo) era por otro empleado que no pertenecía a este grupo.

Fui a hablar con el director, explicándole el malentendido, y, para desgracia mía, tener que revelar nombres y hechos concretos para que quedase todo aclarado. Al final lo comprendió todo y se calmó, criticándome por no haber sido concreto y dar los detalles para evitar el malentendido.

Acto seguido fui a hablar con este empleado, explicándole lo mismo.

La moraleja de esta historia es la siguiente: una palabra no dicha, o no dicha con claridad, puede llevar a suposiciones erróneas y equivocadas.


Rafael Hernampérez

La frase del día

No hay árbol que el viento no haya sacudido. Refrán hindú

El lobo flautista y el cabrito

Otra fábula de Esopo que nos habla sobre cómo acometer el futuro en la vida.


Un cabrito se resagó en el rebaño y fue alcanzado por un lobo que lo perseguía. Se volvió hacia éste y le dijo:

- Ya sé, señor lobo, que estoy condenado a ser tu almuerzo. Pero para no morir sin honor, toca la flauta y yo bailaré por última vez.

Y así lo hicieron, pero los perros, que no estaban lejos, oyeron el ruido y salieron a perseguir al lobo. Viendo la mala pasada, se dijo el lobo:

- Con sobrada razón me ha sucedido esto, porque siendo yo cazador, no debí meterme a flautista.

Moraleja: Cuando vayas a efectuar una nueva actividad, antes ten en cuenta tus capacidades y las circunstancias, para valorar si podrías salir adelante.

La frase del día

¡Muéstrame un ser humano que nunca haya sufrido adversidades, y yo te mostraré al ser más desdichado de la Tierra!. Og Mandino

lunes, abril 09, 2007

Mi frase

El dinero puede alegrar y servir a tus caprichos hoy, pero se evapora. Sin embargo, una simple frase puede superar los siglos y ser más util que todas las riquezas del mundo. Rafael Hernampérez

Libros para encontrar la felicidad

Llévate todos los contenidos de este espacio en mis libros, que podrás descargarte gratuitamente.

- El Rincón de la Felicidad: un remanso de paz en tu corazón:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF1.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF1.pdf

- El Rincón de la Felicidad 2: una nueva oportunidad:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF2.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF2.pdf

- El Rincón de la Felicidad 3: volver a nacer:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF3.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF3.pdf

- Neraclem:
http://galeon.com/rinconfelicidad/Neraclem.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/Neraclem.pdf



La frase del día

La vida de todo el mundo es un cuento de hadas escrito por los dedos de Dios. Hans Christian Andersen

sábado, abril 07, 2007

Mi frase

Nunca compitas contra el viento. Rafael Hernampérez

El cántaro

Hermoso relato de autor desconocido, que nos recuerda que hay que dar su tiempo a las cosas.

Cierta vez un hombre envió a su joven hijo a llenar un cántaro al río, urgiéndole presteza. El hijo acató la orden solícito y fue hasta el río. El padre, que le observaba a distancia, vio cómo su hijo ponía el cántaro bajo una cascada, pero la fuerza del agua y la ingente cantidad de ésta fueron tales que el líquido no logró entrar en el cántaro, pues su cuello era muy estrecho.

El hijo regresó con el cántaro, mostrándole a su padre cómo el cuello se había roto por el fuerte y constante golpear del agua. Además, este hecho provocó que el agua llegara turbia y sucia.

El padre preguntó a su hijo:

- ¿Acaso no veías que el agua de la cascada era demasiada para el delgado cuello del cántaro? ¿Por qué no sumergiste simplemente el cántaro en el río?

El hijo constestó:

- Sí, padre, pero es que quería llenarlo lo más rápido posible.


Nuestras vidas son como ese cántaro: muchas veces tratamos de llenarlo lo antes posible, en este mundo tan veloz y rápido, que siempre nos supera. Intentar hacer ésto nos hace daño, por eso logramos las cosas a medias y el agua que conseguimos no es pura ni cristalina, sino turbia. Queremos tener todo "ya", y en el proceso muchas veces nos lastimamos por no sumergirnos poco a poco en la corriente calmada del río.

La frase del día

La esperanza es el sueño del hombre despierto. Aristóteles

viernes, abril 06, 2007

Mi frase

No hay mayor recompensa que el elogio sincero. Rafael Hernampérez

Mi frase

Los hombres somos mortales, pero nuestras obras nos inmortalizan. Las obras inmortalizan a los hombres. Rafael Hernampérez

El lobo y el perro

Sencilla fábula de Esopo, donde pone en la balanza dos vicisitudes.


Se encontró un lobo con un corpulento perro sujeto por un collar, y le preguntó:

- ¿Quién te ha encadenado y quién te ha alimentado de esa forma?

- Mi amo, el cazador - respondió el perro.

- ¡Que los dioses nos libren a los lobos de semejante destino! Prefiero morir de hambre a tener que cargar tan pesado collar.

Moraleja: Vale más el duro trabajo en libertad, que el placer en esclavitud.

La frase del día

El futuro es algo que cada cual alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga y sea quien sea. Clive Staples Lewis

miércoles, abril 04, 2007

Los dos amigos

Precioso relato árabe, con un final increíble.

Cierta vez dos amigos viajaban por el desierto. En un determinado punto del viaje los dos amigos discutieron, siendo uno de ellos abofeteado y lastimado. Éste, apesadumbrado, escribió lo siguiente en la arena con el dedo:

"HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGO UNA BOFETADA EN EL ROSTRO".

Los dos amigos continuaron el viaje, hasta que llegaron a un oasis. En el vergel fueron a bañarse.

El amigo que había perdido la disputa comenzó a ahogarse, pero su amigo, viéndole cerca de la muerte, se lanzó sin dudarlo al agua y le salvó. Al recuperarse tomó un cuchillo y escribió lo siguiente en una piedra:

"HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA".

El otro amigo, desconcertado, preguntó:

- ¿Por qué después de que te humillé y te lastimé escribiste en la arena, y ahora escribes en una piedra?

Con una amplia sonrisa, su amigo le respondió:

- Cuando un gran amigo nos ofende debemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y del perdón se encargaran de borrarlo y hacerlo desaparecer. Pero cuando ocurra algo grande y magnífico debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ni el viento ni el agua podrán hacerlo desaparecer.

La frase del día

El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen. Anatole France

martes, abril 03, 2007

El lobo orgulloso de su sombra y el león

Certera fábula de Esopo, ante un defecto muy común en la naturaleza humana.

Vagaba cierto día un lobo por lugares solitarios, a la hora en que el sol se ponía en el horizonte. Y viendo su sombra bellamente alargada exclamó:

- ¿Cómo me va a asustar el león con semejante talla que tengo? ¡Con treinta metros de largo, bien fácil me será convertirme en rey de los animales!

Y mientras soñaba con su orgullo, un poderoso león le cayó encima y empezó a devorarlo. Entonces el lobo, cambiando de opinión se dijo:

- La presunción es causa de mi desgracia.

Moraleja: Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues fácilmente te engañarás.

Mi frase

Perecerá el cuerpo, pero jamás la palabra. Rafael Hernampérez

Mi frase

Existe una gran dosis de éxito y de felicidad en acabar lo que se ha empezado. Rafael Hernampérez

La frase del día

El porvenir es un lugar cómodo para colocar los sueños. Anatole France

lunes, abril 02, 2007

Libros para encontrar la felicidad

Llévate todos los contenidos de este espacio en mis libros, que podrás descargarte gratuitamente.

- El Rincón de la Felicidad: un remanso de paz en tu corazón:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF1.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF1.pdf

- El Rincón de la Felicidad 2: una nueva oportunidad:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF2.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF2.pdf

- El Rincón de la Felicidad 3: volver a nacer:
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF3.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/ERDLF3.pdf

- Neraclem:
http://galeon.com/rinconfelicidad/Neraclem.doc
http://galeon.com/rinconfelicidad/Neraclem.pdf



La frase del día

No pienso nunca en el futuro porque llega muy pronto. Albert Einstein

La pipa de tabaco

Interesante relato indio.

Cierta vez un miembro de una tribu se presento furioso ante su jefe para informarle que estaba decidido a vengarse de un enemigo que lo había ofendido gravemente, y por ello estaba decidido a ir inmediatamente y matarlo sin piedad. El jefe lo escuchó atentamente. Después de la exposición le propuso que fuera a hacer lo que tenía pensado, pero que antes debía llenar su pipa de tabaco y fumar ésta con calma al pie del Árbol Sagrado. El hombre llenó su pipa y se sentó bajo la copa del gran árbol a furmar, tal y como le había ordenado.

Después de un rato acabó su pipa, sacudió las cenizas y decidió volver a hablar con el jefe para decirle que lo había pensado mejor, que era exagerado matar a su enemigo, pero que a cambio le daría una paliza memorable para que nunca se olvidara de la ofensa. El anciano lo escuchó nuevamente y aprobó su decisión, pero le ordenó que ya que había cambiado de parecer, llenara otra vez la pipa y fuera a fumarla nuevamente al pie del Árbol Sagrado.

Después de otro rato de meditación ante la agradable, aromática y humeante pipa, regresó nuevamente ante el jefe de la tribu, y le dijo que consideraba excesivo castigar físicamente a su enemigo, pero que iría a echarle en cara su mala acción y le haría pasar vergüenza delante de todos. Nuevamente, el jefe de la tribu escuchó pacientemente y volvió a ordenarle que repitiera su meditación. El hombre medio molesto, pero ya mucho más sereno, se dirigió al árbol centenario y allí sentado fue convirtiendo en humo, su tabaco y su humor.

Cuando terminó, volvió al jefe y le dijo:

- Pensándolo mejor creo que la cosa no era para tanto. Iré donde me espera mi agresor para darle un abrazo. Así recuperaré un amigo que seguramente se arrepentirá de lo que ha hecho.

El jefe le regaló dos medidas de tabaco para que fueran a fumar juntos al pie del árbol, diciéndole:

- Eso es precisamente lo que tenía que pedirte, pero no podía decírtelo yo; era necesario darte tiempo para que lo descubrieras tu mismo.

domingo, abril 01, 2007

Dios mío

Una plegaria de autor desconocido, que me ha gustado mucho por su profundidad y sentimiento.

Dios mío...

Ayúdame a decir la palabra de la verdad en la cara de los fuertes,
y a no mentir para congraciarme el aplauso de los débiles.

Si me das dinero, no tomes mi felicidad,
y si me das fuerzas, no me quites mi raciocinio.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no quites mi dignidad.

Ayúdame a conocer la otra cara de la imagen,
y no me dejes acusar a mis adversarios,
tachándoles de traidores porque no comparten mi criterio.

Enséñame a amar a los demás como me amo a mi mismo,
y a juzgarme como lo hago con los demás.

No me dejes embriagar con el éxito cuando lo logre,
ni desesperarme si fracaso.
Más bien, hazme siempre recordar que el fracaso
es la prueba que antecede al éxito.

Enséñame que la tolerancia es el más alto grado de la fuerza
y que el deseo de venganza
es la primera manifestación de la debilidad.

Si me despojas del dinero, déjame esperanza,
y si me despojas del éxito,
déjame la fuerza de voluntad para poder vencer el fracaso.

Si me despojas del don de la salud
déjame la gracia de la fe.

Si hago daño a la gente,
dáme la fuerza de la disculpa,
y si la gente me hace daño,
dáme la fuerza del perdón y la clemencia.

La frase del día

Ves cosas y dices: "¿por qué?". Pero yo sueño con cosas que nunca fueron y digo: "¿por qué no?". George Bernard Shaw