lunes, diciembre 04, 2006

El enojo

Interesante reflexión de autor desconocido que me ha llegado por correo. Gracias, Rocío.

- Maestro, ¿qué he de hacer para no estar molesto?

Tras una pausa, el alumno prosiguió:

- Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes. Algunas son indiferentes. Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro por aquellas que calumnian.

El Maestro le miró y le dijo:

- Vive como las flores.

- ¿Vivir como las flores? - preguntó el pupilo, sorprendido.

- Pon atención a esos lirios - dijo el Maestro, señalando un grupo de hermosas flores en su jardín - Ellas nacen en el estiércol. Sin embargo, son puras y perfumadas. Extraen del maloliente abono sólo aquello que es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos. Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden. Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos. Y si no son suyos, no hay motivo para molestarse. Ejercita, pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde fuera.

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