miércoles, octubre 11, 2006

La avispa


Cuando una avispa se acerca, la dejo volar cerca de mi, e incluso la dejo posarse sobre mi piel. Hago como que no está. No le doy la menor importancia. Si le doy importancia, me pongo nervioso, empiezo a dar manotazos y a hacer movimientos bruscos por miedo a que me pique. Al final, la avispa, que para nada quería hacerme daño, se asustará más que nosotros, creyéndose, y con razón, atacada. Y ante ese ataque se defenderá picándome: justamente lo que yo temía.

En la vida reaccionamos de la misma manera ante los problemas. Los problemas son como las avispas, que parecen amenazadoras y peligrosas cuando se acercan. Pero estos probables problemas no tienen por qué atacarnos necesariamente. Simplemente andan cerca. Solamente serán realmente peligrosos si con nuestras reacciones irracionales provocamos que se defiendan.

Recuerda: No tengas miedo de una avispa y ésta no te picará. La avispa sólo te atacará para defenderse.


Rafael Hernampérez

No hay comentarios: