miércoles, junio 07, 2006

Perdón

El viejo árbol se alza y embellece la Tierra.
El viejo árbol se extiende y da sombra.
El viejo árbol no hace mal,
y nadie le hace mal.

Si el rayo rompe una de sus ramas,
el viejo árbol no repreenderá al rayo.
Si un hombre patea su tronco,
el viejo árbol no pateará al hombre.

El gran sabio no hace mal,
y nadie le hace mal.
El gran sabio obra como el viejo árbol:
Obra bien y no hace mal;
por eso le aman y evita que le ataquen.
Siembra la semilla del bien,
y obtiene el fruto del bien.
Si alguien le ataca,
puede tener razón;
si no la tiene, le perdona.

Le perdona porque está enfermo de envidia.
Le perdona porque no quiere imitarle.
Le perdona porque no quiere rebajarse a su ruin categoría.
Le perdona porque en su corazón alberga amor y no rencor.

El gran sabio perdona al crítico,
porque puede revelarle sus errores.
El gran sabio perdona al ladrón,
porque puede recordarle su codicia.
El gran sabio perdona al hombre malo,
porque así demuestra que él es un hombre bueno.

El gran sabio perdona,
porque así se perdona a sí mismo,
porque así gana el amor del prójimo,
porque así suprime las preocupaciones,
porque así se quita la espina del rencor,
porque así limpia su alma,
porque así encuentra paz.

Perdonaré para ser como una piedra;
aunque me pateen o me lancen al precipicio,
seguiré en mi quietud sin desgastarme.

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