lunes, mayo 08, 2006

Ahora

¡Cuán sabia es la gota de agua!
Se desprende de la nieve,
cae sobre el arroyuelo,
viaja sobre el río.

En cada momento de su vida
está en un lugar diferente.
No puede retroceder,
pero tampoco puede avanzar más deprisa.

¡Cuán sabio es el viejo árbol!
Se entierra siendo simiente,
echa raíces en la tierra,
se alza hacia el cielo.

En cada momento de su vida
hace lo que en ese momento debe.
No puede añorar el alimento de ayer,
pero tampoco puede ansiar el alimento de mañana.

No puedo poseer el pasado
ni tampoco el futuro.
No puedo tener el segundo anterior
ni tampoco el siguiente.

Mi vida se compone de tiempo
y por ello debe debo disfrutarla.
Sé el tiempo que he consumido,
pero no sé el que me queda.

No puedo perder parte de mi vida
contemplando la ya transcurrida.
No puedo perder parte de mi tiempo
imaginando el que me resta.

Ahora es todo lo que poseo,
y esto no lo puedo desperdiciar.
Ahora vivo; después no sé.
Viviré este instante como si fuera el último de mi vida.

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